Sobre el cine de Lucrecia Martel

Terminé hace días de ver las películas de Lucrecia Martel. 4 largometrajes filmados a lo largo de 16 años, los que van desde el estreno de La ciénaga (2001) hasta la reciente Zama (2017). Me ha servido para reafirmarme en algunas ideas que ya tenía sobre su cine y para descubrir nuevas lecturas; en definitiva, para volver a adentrarme en una de las carreras cinematográficas más interesantes de este siglo.

la-cienaga-81

Se percibe en las películas de Lucrecia Martel un minucioso trabajo previo de construcción de planos: cómo encuadrar, qué mostrar en primer término, qué dejar en segundo plano y qué esconder en el fuera de campo. Quizás durante la escritura de guion está más presente el diseño de estas imágenes que las clásicas líneas de contenido que marcan la acción de una película. Lo cierto es que siempre consigue crear atmósferas asfixiantes, paisajes sensoriales como ese verano pesado y soporoso de La ciénaga o el enclaustramiento moral de sus otras obras. Este ensimismamiento por decidir qué contiene la imagen, por cómo contar historias y cómo mostrar y esconder al mismo tiempo lo noto especialmente en La niña santa (2004), quizás la que me parece más redonda de todas.

Las historias de sus películas son mínimas. El argumento y desenlace de La niña santa se podría resumir en tres líneas. La narración se sustenta en esos planos cerrados sobre los rostros de los personajes, actores que trabajan los silencios y las miradas, que cuidan mucho su posición en la escena. Rara es la vez que la cámara está por encima de los ojos de los actores, a veces incluso se graba desde más abajo, centrándose en el movimiento de los cuerpos, en detalles leves que definen al personaje.

tumblr_oq0azzYUbe1sbkyfmo2_1280

Su cine no necesita de una catarsis que haga explotar la narración. Muchos dirán que no pasa nada en sus películas, cuando en realidad en sus imágenes siempre está ocurriendo algo. A través de la cámara intuimos qué pasa por la cabeza de los personajes, vislumbramos cambios psicológicos en ellos, creemos entender qué ocultan. Son escenarios cerrados, que transmiten la psique de los personajes y en los que juega una parte fundamental la forma de filmarles y la construcción de esos mapas sonoros, inquietantes y densos como en Zama. Nada terminará de estallar en sus películas, pero el viaje a través de ellas siempre será tenso.

vlcsnap-2010-06-05-19h31m20s168

Zama-Lucrecia-Martel-cd